Beatriz Gallego Muñoz ‘El patrimonio inmaterial del valle de Zuia’
El Valle de Zuia ha sido objeto de estudio para la historiadora y antropóloga, Beatriz Gallego, que ha publicado su último libro ‘El patrimonio inmaterial del Valle de Zuia’. Esta investigadora ha realizado una veintena de entrevistas a los actuales mayores que nacieron entre 1921 y 1946 para hablar de costumbres, leyendas, música, bailes y recetas típicas. Un análisis de la herencia cultural de este municipio de la Cuadrilla de Gorbeialdea, que se ha realizado gracias a la beca Eugenio Murguía, que busca conformar trabajos sobre Zuia.
El estudio no recoge con exhaustividad todo lo que ha pasado de generación en generación en el valle, pero sí estamos ante una muestra que ofrece la visión más amplia posible sobre un mundo que tenía que epicentro Murgia, al ser la capital del valle, donde se celebraban los actos más relevantes. Y así lo consideraban los vecinos de Zuia.
Es un recorrido por la vida de una persona que hubiera nacido en los años 30 del siglo pasado, eminentemente agrícola, que descubrió la mecanización. La familia, la vecindad, los ritos de pasaje en los momentos de la vida… Y también las actividades en los pueblos: los ritos y las fiestas, como se entretenían en los tiempos libres, la devoción religiosa… hasta llegar al valle como entidad de referencia, con las ferias y mercados, las cofradías…
Si hay algo que destaca la autora es el carácter simbólico de las fiestas y su papel como elemento aglutinante del valle, como las romerías a la Virgen de Oro, que suponía el encuentro anual de todo las gentes del valle, intergeneracional, interclasista.
Un libro, en definitiva, donde se recoge la memoria reciente de Zuia, y las andanzas, anécdotas y vivencias de vecinos conocidos entre sí, de familias muy vinculadas, que han visto la transformación de un valle eminentemente rural a un municipio con nuevos habitantes que lo utilizan como residencia mientras trabajan en otras localidades. De ahí la importancia del libro, porque recoge un mundo que está en vías de extinción, pero que todavía se respira en tantos pueblos de Zuia.
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