«OLERKIAK» de Xabier Lizardi.
Xabier Lizardi (1896-1933) es el gran renovador de la poesía vasca de la primera mitad del siglo XX. Fallecido prematuramente, tuvo tiempo, sin embargo, de crear una poderosa obra poética, que introdujo nuevos aires en la literatura en euskera de su tiempo, tanto en la forma, introduciendo los aires de las vanguardias, como en el contenido, ampliando el foco hacia nuevas temáticas como el ser, la vida y la muerte, pero también la patria, el euskera o la tradición vasca, ya que estuvo muy vinculado a la reivindicación de la cultura euskaldun. En lo que se refiere al estilo, está caracterizado por una expresión compacta y elegante, su modernidad y originalidad destacaban claramente entre sus coetáneos.
En sus versos tiene especial importancia el detalle de la naturaleza, que es el reflejo del ánimo del poeta. Trabajó su poesía como un orfebre de la lengua, buscando siempre la concisión expresiva y el trazo exacto. En sus poemas siempre surgen hallazgos deslumbrantes y se caracterizó como un gran renovador de la metáfora.
A continuación las dos primeras estrofas de su poema “Parisko txolarrea”, (“Gorrión parisino”), escrito en 1930, en traducción de Koldo Izagirre
Txolarretxo, txolarre,
Paris erdikoa:
Bourse-ko iskanbilla
(gizon zoro batzarre)
ez ote naikoa
i izutzeko, axolakabe biribilla?
Farol itzali baten
txapel-gallurrera
etorri aiz txuxen
apur ostu bat yaten:
batetik bestera,
txapelaren muturrak arin dituk gaintzen.
(Gorrión, gorrioncillo
del centro de París:
¿ni la gritería de la Bourse
—asamblea de locos—
es capaz de intimidarte,
perfecto insolente?
Llegas directo
a la cúpula
de un foco apagado
comiendo una migaja robada:
de uno a otro,
ocupas los ángulos de su sombrero).
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