Mikel Ayestaran ‘Las cenizas del califato’
La biblioteca de Zuia cierra sus puertas el 1 de agosto hasta el próximo 2 de septiembre cuando volverá a abrir en su horario habitual, de 17 a 19:30. Durante estas últimas semanas hemos venido reseñando algunas de las novedades que han llegado a nuestras estanterías. Y ahora le toca el turno a ‘Las cenizas del califato’, el último libro del periodista Mikel Ayestaran, un texto directo y blindado por una redacción ágil e inquisitiva que se adentra por los lugares de Oriente Próximo donde el califato de de Abu Bakr al Bagdadi ha impuesto su ley en los últimos años, en los últimos meses.
Se trata de un libro histórico, pero de una historia reciente, que se ha cocinado hasta ayer, que se sigue cocinando estos días, sobre el delirio del fundamentalismo yihadista que tanto pavor ha causado en Occidente. Ayestaran nos conduce de su mano por lugares de Irak y Siria sobre los que hemos leído en la prensa, o sobre los que hemos visto imágenes en la televisión, acercándonos a las personas que han sufrido esa insólita experiencia en sus pueblos y ciudades con una violencia inaudita para la mayoría. Ayestaran es un periodista joven pero cuenta con una gran experiencia. Ha recorrido los países de Oriente Próximo sobre los que escribe durante muchos años y ahora se mueve desde su base en Jerusalén, armado con su bolígrafo y con su cámara, de un lado a otro allá donde la actualidad es más urgente.
Como él mismo relata en el prólogo, fue un encargo de un día para otro que terminó en un trabajo de años: “Me tocó viajar de urgencia a Bagdad ante la irrupción de un hasta entonces semidesconocido grupo yihadista, que amenazaba con hacerse con el control de la capital de Irak y aspiraba a establecer el séptimo califato de la historia bajo el mandato de Abu Bakr al Bagdadi, también desconocido en ese momento, que no tardó en ser elevado a los altares del yihadismo como sucesor del mismísimo Osama bin Laden. Desde entonces, el califato pasó a formar parte de mi día a día, y ya no dejé nunca de estar pendiente de sus actividades, esperando la mínima derrota del grupo para poder viajar a los lugares que recuperaban los ejércitos de Irak y Siria, pues los periodistas extranjeros no éramos bien recibidos en su territorio y algunos colegas fueron asesinados y secuestrados”.
Deja un comentario